SANDRO ESTUVO EN LAS MEJORES MANOS

LUIS DE LA FUENTE

“Sandro estuvo en las mejores manos”





En declaraciones a la agencia Télam, el cardiólogo intervencionista Luis De la Fuente, quien supo atender a Sandro, consideró que el astro fallecido a 45 días de un trasplante cardiopulmonar en Mendoza, "estuvo en las mejores manos y muy cerca de andar bien" pero sostuvo que "su problema fueron los pulmones".

"Fue verdaderamente lamentable cómo terminó todo porque Sandro estuvo muy cerca de andar bien ya que soportó el trasplante, que fue la intervención más trascendente de todas las que se le efectuaron", apuntó De la Fuente en diálogo con Télam.

Didáctico y claro, el médico sostuvo que "este tipo de intervenciones implican un riesgo muy grande por la posibilidad de que el paciente rechace los órganos, pero al bajar la inmunidad para evitar el rechazo se corre el riesgo de una infección, que fue lo que finalmente ocurrió".

El Jefe de Cardiología del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT) consideró que "el problema" del popular cantante "fueron sus pulmones, ya que prácticamente no tenía capacidad pulmonar".

De la Fuente, máximo exponente de la cardiología intervencionista argentina que en diciembre de 2002 le practicó a Sandro un cateterismo coronario, recordó que "hace unos años le hice un chequeo cardiológico con miras a que en algún momento tuviera que someterse a un trasplante".

Gracias al trato personal con el cantautor, el médico definió a Sandro como a "un hombre tan bueno, tan humilde, tan modesto y tan alegre".

"Roberto -insistió- era un excelente paciente, bromista y muy querido por todo el personal porque siempre era un gusto estar con él".

En el mismo sentido, De la Fuente añadió que Sandro "se hacía amigo de todo el mundo y era muy optimista, siempre iba para adelante. La verdad es que nos reconfortaba más él a nosotros que nosotros a él".

El profesional aprovechó la entrevista para defender enfáticamente la práctica del trasplante como "una opción válida capaz de resolver lo que ya no puede encararse de otro modo".

A partir de la notable experiencia personal y médica que compartió con René Favaloro desde 1980, resaltó que "el trasplante está aceptado en la comunidad médica como una última opción".

"Aunque continúa no siendo fácil conseguir donantes, el tomar conciencia del valor de los trasplantes nos va a permitir ayudar cada vez a mayor cantidad de pacientes", redondeó el médico que junto a Favaloro encabezó, en 1989, el primer trasplante de corazón-pulmón a una persona que todavía vive y se encuentra bien.

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